Marisol Martiríz Guzmán fue víctima de muerte materna por negligencia médica el 19 de julio de 2015 en el Hospital del IMSS ubicado en el municipio de Bochil, Chiapas. Diez años después, como parte de la reparación del daño, en un acto protocolario donde se esperaba la presencia del director del IMSS, Zoé Robledo, personal de Instituto pidió una disculpa pública a los familiares de la víctima, Miceli Gómez, esposo y su hija Katerin, consideradas víctimas secundarias, quienes la rechazaron.

Miceli Gómez explicó: “Ustedes se preguntarán, ¿aceptan la disculpa? No, no la acepto. La escucho, sí, pero no la acepto ni mucho menos como cierre (de la denuncia contra el IMSS), porque mi esposa no va a volver, porque mi hija no llegó a vivir, porque no basta con pedir perdón cuando no se han cambiado las causas que la mataron. Hoy el IMSS se disculpa, pero el hospital de Bochil sigue fallando, siguen faltando médicos, sigue sin funcionar los protocolos, siguen mandando a las mujeres a casa o a otros hospitales porque no hay equipo, no hay, no hay médicos ni medicamentos, eso no sólo lo digo yo, eso también lo dice el pueblo”.

Los hechos que llevaron a este momento, donde una institución de gobierno reconoce graves violaciones a los derechos de la población, ocurrieron la noche del 19 de julio de 2005, cuando Marisol, de 30 años y embarazada, llegó Hospital Rural del IMSS con vómito y náuseas, aunque sin dolores de parto.

Según documentó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en el proceso de la queja 4/2017/8823/Q que presentó la familia de Marisol, en el hospital detectaron que la hija neonata de Marisol había muerto en el vientre, por lo que debía realizarse una cesárea, ya que se trataba de una urgencia con alto riesgo de muerte. Tras la cesárea, que realizaron médicos residentes porque el hospital no tenía un especialista en ese momento, se vio el grave estado de salud que persistía y se decidió enviarla a otro hospital con mejores condiciones. La ambulancia tardó en llegar y Marisol murió en el camino.

Foto: Ángeles Mariscal

La CNDH emitió una recomendación de 11 puntos que comprenden mejoras en infraestructura, personal y equipamiento del hospital “para que ninguna otra mujer muera”, dijo Miceli Gómez. También una “disculpa pública”, acto simbólico en donde el gobierno reconoce su responsabilidad y asume su compromiso ante la sociedad.

Este evento, según marca la legislación, debe acordarse de acuerdo con las peticiones de las víctimas, que ven en este evento un acto significativo que reconoce el hecho y que es parte de la reparación emocional.

El esposo e hijas de Marisol pidieron que la disculpa se celebrara en el parque público del barrio en donde viven, que la población del lugar pudiera asistir y que fuera un acto digno.

Sin embargo, con el argumento de que no había condiciones de seguridad en el municipio, según dijo Ramón Narváez, coordinador de atención a quejas y casos especiales del IMSS, el evento de disculpa se llevó a cabo en una oficina ruinosa, sucia y con telarañas en el techo, que el ayuntamiento prestó para la ocasión, y donde no cupieron más de 25 personas.

El que no dejaran entrar a las personas que la familia había convocado, además de la ausencia del director del IMSS, y el que “ni siquiera [pusieran] una lona anunciando de que se trataba el evento”, aumentó la indignación del esposo de Marisol, motivada por la falta de cumplimiento total a lo estipulado en la queja de la CNDH.

Foto: Ángeles Mariscal

Por eso, mientras afuera de la oficina mujeres de Bochil protestaban y exigían con cartulinas “no más casos de muerte materna”, adentro, el esposo de Marisol, tras rechazar la disculpa, sostuvo:
“Quiero ser muy claro, mi esposa no murió por una complicación inevitable, murió por fallas del sistema, murió por falta de papel, por falta de personal, por falta de insumos y por falta de humanidad. Murió porque no hicieron lo que tenían que hacer. Considero mucho que ese día nos falló el IMSS, nos falló el hospital y nos falló el Estado”.

Luego, habló Katerin, hija de Marisol, quien reclamó también el que por estas condiciones ella y sus dos hermanos hayan crecido huérfanos de madre, “10 años después aún duele, aún pesa, y aun nos hace falta”.

Guadalupe Inocencio Hernández Vaquerizo, director actual del Hospital de Bochil, fue el encargado de la disculpa pública, leyó un documento en donde dijo: “El Instituto Mexicano del Seguro Social, con todo respeto, reconoce su responsabilidad y expresa su más sincera disculpa”.

Además, estuvieron presentes por parte del IMSS, Ramón Narváez, coordinador de atención a quejas y casos especiales; Ana Balboa, coordinación de atención a la derechohabiencia, y Saúl Madrid, Coordinador Médico del IMSS.

También Matilde Pérez Romero, representante de la organización FUNDAR, quien acompañó a la familia en el proceso; y Antonio Castro García, en representación de la Cuarta Visitaduría de la CNDH.



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