No cualquier ciudad europea, ni mundial, está preparada para un evento del nivel y con las características de Sónar. Lisboa, la capital de nuestro querido país vecino, es una de las elegidas desde hace ya cuatro años, y esta semana pudimos asistir por primera vez a la edición satélite más importante del reconocido festival catalán. Sónar Lisboa plasma a la perfección la filosofía de su homólogo del mes de junio, en un formato mucho más reducido pero realmente disfrutable.
El festival luso, repartido en tres jornadas, mantiene una estructura similar al de catalán haciendo diferenciación entre day and night. Tuvimos por tanto música en Lisboa el viernes por la noche, sábado por la tarde y por la noche y domingo por la tarde hasta las 2 de la mañana. El recinto, ubicado en el parque Eduardo VII en el centro de la ciudad, de primeras puede parecer pequeño si lo comparas con Sónar Barcelona u otros festivales, pero en realidad resultaba realmente cómodo y acogedor. Con dos escenarios outdoor y uno indoor, parte del bonito Pabellón Carlos Lopes, mostrando un espacio que se ajustaba a la perfección a las necesidades de este evento, si bien resulta realmente llamativo (en el buen sentido) poder tener un line-up de tal categoría en un festival no tan masificado.

El escenario principal, el club, se situaba en un acogedor pabellón en el que la organización de Sónar logró una calidad de sonido que tuvimos que comentar entre los miembros de la expedición en varias ocasiones. El nivel era perfecto e inmejorable desde todas las zonas de la nave, dejando claro que con trabajo y buen hacer es posible lograr una perfecta experiencia auditiva en pabellones tan complicados y estancos como este. La producción visual, simple pero efectiva, también era más que suficiente para un stage de estas dimensiones, adaptándose de forma personalizada con cada artista.
En cuanto al resto de servicios ni una queja, barras rápidas, precios asequibles (9.5€ un combinado o 4,5€ una cerveza, por poner un ejemplo) y un fácil acceso. Todos estos factores junto al excelente ambiente del festival, que acogía a un tipo de público maduro y europeo, con gran presencia del colectivo, hizo que desde el minuto uno nos sintiéramos como en casa.
Musicalmente Sónar Lisboa 2025 nos tenía preparado varias momentos de lo más emocionantes que debemos comentar. Comenzando por el viernes, que se presentaba como una noche interesante. Tuvimos un gran comienzo con Jennifer Cardini, a la que vimos disfrutando de la música durante el resto del festival, con un set enfocado hacia un house trancero enérgico, no faltando el toque francés que le caracteriza.
Como pega de esta jornada fue la transición de la veterana artista al también veterano Richie Hawtin, que apostó, tras una intro a base de ritmos rotos, por un techno pistero y sólido, chocando un poco de esta forma. Eso sí, sobresaliente para su show DEX EFX X0X, con el que transformó el pabellón en una especie de club íntimo, en el que te costaba ver a la persona que tenías al lado. Luces y poco componente de visuales, únicamente para enseñar los temas de la sesión, tales como ‘Idiot Savant’ de Kamen, ‘Simple Acts’ de Electric Rescue o ‘Baby’ de Filtrack.

El dúo Modeselektor, mitad de Moderat, apostaron por un set bastante raro, que nos dejó un poco descolocados. Anteriormente los hemos visto y tuvimos una experiencia genial, pero esta vez no fue su mejor noche, con transiciones un poco escalonadas y sin mucho sentido, pero que nos dejó buenos momentos cuando sonaron temas como ‘Who’, su colaboración con Tommy Cash, ‘The Bells’ de Jeff Mills o ‘A New Error’, de su proyecto junto a Apparat. El cierre fue a cargo de la española Jasss y sólo tenemos buenas palabras para ella. Sin duda es una de las mejores DJs del país, capaz de llevarte por un viaje en la que cohesionan a la perfección diferentes estilos, tales como techno, trance, club latin, bass y otras influencias experimentales. De 10.
Apenas eran las cinco de la tarde cuando accedíamos el sábado al recinto. Pese a los cielos grises de todo el fin de semana, la lluvia apenas hizo aparición y las ganas de bailar al aire libre estaban patentes. Los dos escenarios exteriores nos mostraron la versión más diversa y animada de Sónar Lisboa, dos espacios perfectos para bailar con música de lo más variada entre actuación y actuación y perfecta para entrar en calor. Desde el disruptivo live del británico Josh Caffé, al club latin de la colombiana Bitter Babe durante el takeover del sello TraxTraxTrax a la masterclass de house de la americana Dee Diggs. Sónar Lisboa es variada e inclusión y lo demostró desde su comienzo.

Por su parte en el club en esta jornada diurna del sábado pudimos disfrutar del esperado live del legendario grupo Underworld, que nos dejó momentazos para el recuerdo con alguno de los tracks que han marcado la trayectoria del grupo y donde por supuesto no faltó ‘Born Slippy’. El cierre de la tarde estuvo a cargo de KI/KI, una DJ que como bien sabéis vive el mejor momento de su carrera y que volvió a demostrar que es una artista de las que escuchas con una sonrisa en la cara. Un fresco, enérgico y trancero viaje con alma noventera.
Tras un breve avituallamiento, llegábamos a la jornada nocturna. El madrileño Hector Oaks, tras la actuación de Marcel Dettmann, nos esperaba girando discos en el Sónar Club, apostando por su característico estilo rápido, en el que se mezclan influencias old school con corrientes más modernas y con carácter bakalao, siendo un set que encantó al público allí presente, con temas como ‘Los Niños del Parque’ o ‘Albion’ de Twisted.
La que nos sorprendió fue la rusa Nina Kraviz, ese tipo de artistas imprevisibles que o te hacen una gran noche o te la arruinan. En este caso decidió hacer lo primero, con una clase magistral haciendo honor a su sello trip, llevándonos por un viaje con el tono trance, techno y destellos latinos como principal referencia. La fundadora de Mama Told Ya, Anetha, fue la encargada de cerrar esta jornada, con su característico trance experimental, con diferentes unreleased y edits que llevaron al público al extasis.
El cierre del festival nos volvería a dejar el domingo con otra gran tarde de música. Con actuaciones como el B2B acelerado a ritmo latino de los franceses Amor Satyr y Siu Mata, el house de Bashkka y Ogazón o el viaje audiovisual que nos hizo vivir el inglés Max Cooper, de lo mejor del festival, aprovechando al máximo el potencial de Sónar Club.
Mención especial se merece llegado este punto el DJ set de The Blaze. Puede que haya alguien que llegado este punto piense que es una pena que una formación tan interesante como The Blaze no haga un directo, pero he de decir que la excelsa musical del dúo en este set nos dejó un gran sabor de boca. Digo más, nos dejó quizá el set más emocionante e emotivos de todo el festival. ‘TERRITORY’, ‘SHE’ o ‘VIRILE’ fueron alguno de los tracks propios que The Blaze eligió entre su amplio catálogo en esta ocasión, para concluir su set con un trepidante edit de ‘Time To Dance’ de The Shoes.
Sin duda, esperamos repetir el año que viene. Obrigado Sónar Lisboa

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