El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó formalmente al exdirector del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) James Comey por “falso testimonio y obstrucción”, en el marco de la investigación sobre una posible colusión con Rusia en la campaña que llevó al expresidente Donald Trump a su primer mandato, una supuesta operación bautizada por su administración como ‘Russiagate’.

“Un gran jurado federal emitió una acusación formal contra el exdirector del FBI James Comey por falso testimonio y obstrucción en relación con su testimonio oral ante el Comité Judicial del Senado de Estados Unidos el 30 de septiembre de 2020”, anunció la Fiscalía federal para el Distrito Este de Virginia en un comunicado publicado en su página web.

“Los cargos alegados en este caso representan un abuso de la confianza pública de un nivel extraordinario”, afirmó en el documento la fiscal del distrito, Lindsey Halligan, quien defendió “el equilibrio de poder”, basado a su parecer “en la rendición de cuentas y la presentación directa de los hechos” como un principio fundamental de la democracia estadounidense.

Comey, quien negó las acusaciones en un vídeo difundido en su cuenta de Instagram, se enfrenta de este modo a penas de hasta cinco años de prisión, aunque, según apunta el comunicado de la Fiscalía, “las sentencias por delitos federales suelen ser inferiores a las penas máximas”.

La acusación llegó cinco días después de que Trump instara a través de Truth Social a la fiscal general, Pam Bondi, a acelerar los procesos contra el exdirector del FBI y otras figuras con las que se enfrentó, como el senador demócrata Adam Schiff o la fiscal de Nueva York, Letitia James.

Ahora que el primero de ellos fue acusado, Trump volvió a hacer uso de su red social para celebrar que se hiciera “justicia en Estados Unidos” contra quien calificó de “corrupto” y “uno de los peores seres humanos” en la historia del país. “Fue tan perjudicial para nuestra nación durante tanto tiempo, y ahora está a punto de ser responsabilizado por sus crímenes”, agregó.

También Bondi se manifestó al respecto, subrayando que “nadie está por encima de la ley” a través de un comunicado difundido por la Oficina de Asuntos Públicos del Departamento de Justicia. En este, la fiscal destacó que la acusación contra Comey reflejaba “el compromiso” de la institución con “responsabilizar a quienes abusan de posiciones de poder por engañar al pueblo estadounidense”.

El documento recogió además las declaraciones del actual director del FBI, Kash Patel, quien presentó la acusación como “un paso más” en la promesa de su departamento de perseguir la rendición de cuentas.


“Durante demasiado tiempo, los líderes corruptos del pasado y sus facilitadores utilizaron a las fuerzas del orden federales como arma, dañando instituciones que antes eran dignas de respeto y erosionando gravemente la confianza pública”, lamentó Patel, quien rechazó lo que calificó como la “politización de las fuerzas del orden más flagrante (…), un capítulo vergonzoso de la historia”.

La investigación sobre una supuesta colusión con Moscú en la primera campaña presidencial de Trump, bautizada como ‘Russiagate’, fue uno de los objetivos recurrentes de sus intervenciones y de las pesquisas de su gabinete contra los gobiernos demócratas.

En esta línea, el pasado mes de julio la directora de Inteligencia Nacional estadounidense, Tulsi Gabbard, señaló a la exsecretaria de Estado Hillary Clinton y al expresidente Barack Obama, pese a que estos negaron las acusaciones.

Esta supuesta interferencia de Rusia, que el Kremlin siempre negó, fue motivo de una investigación liderada por el fiscal especial Robert Mueller, que se prolongó durante dos años y en cuyo informe final aseguró no haber hallado indicios de colusión entre Trump y las autoridades rusas.

Se espera que Comey se presente ante las autoridades este viernes para hacer frente a la acusación.



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