En mayo de 2020, México recibió miles de ventiladores Philips modelo E30 para enfrentar la emergencia por Covid-19. Lo que parecía una solución urgente, pronto se convirtió en un problema de salud pública. Una investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), además de los reportes de la FDA confirmaron que la espuma interna de estos equipos podía descomponerse y liberar partículas o químicos peligrosos, capaces de provocar lesiones graves e incluso cáncer en los pacientes.
Eduardo Fuentes, abogado de Health Care —distribuidor exclusivo de Philips en México durante dos décadas—, relató en ‘Aristegui en Vivo’ la batalla legal y el conflicto con la multinacional.
En 2023, Health Care fue notificada de que dejaría de ser distribuidor exclusivo, sin razón alguna, justo cuando insistíamos en el cambio de los ventiladores defectuosos.
Tras obtener una sentencia que obligaba a Philips a reemplazar los equipos, la empresa incumplió el acuerdo.
“Nosotros obtuvimos una sentencia a favor… Philips incumplió el convenio que nosotros firmamos con ellos después de la amenaza de arresto”, denuncia Fuentes. “Por eso hay una sentencia en su contra, porque Health Care estaba preocupado por el tema de los ventiladores, porque producen cáncer y actualmente se siguen usando, que es lo más grave, en hospitales privados también”.
El abogado acusa a Philips de actuar con dolo y de seguir vendiendo equipos en Latinoamérica a pesar de saber los riesgos
En Estados Unidos firmaron un compromiso de no vender los ventiladores en Latinoamérica y lo siguen vendiendo… vendieron respiradores a sabiendas de que tenían un mal funcionamiento, hay una intención maliciosa y oculta de infringir un daño.
Según Fuentes, actualmente hay al menos 4 mil ventiladores defectuosos repartidos en hospitales públicos y privados de México, y la empresa no ha cumplido con su obligación de retirarlos.
No hay un tema de corrupción por parte del Estado, porque cuando se adquirieron los ventiladores había una emergencia sanitaria… pero Philips no ha cambiado los equipos, a pesar de la sentencia y de las denuncias presentadas.
El caso sigue abierto y, mientras tanto, miles de respiradores potencialmente peligrosos continúan en uso.
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