Además de enfrentar dificultades para obtener o actualizar sus documentos debido a su condición de refugiados, cientos de migrantes en Tapachula, Chiapas, frontera con Guatemala, también sufren problemas de salud como enfermedades crónico-degenerativas, padecimientos mentales y trastornos psicológicos, todo esto en condiciones precarias.
Tras huir de sus países por diferentes motivos, entre ellos la persecución del crimen organizado y la violencia que los obliga a abandonar sus hogares en busca de seguridad y un futuro mejor, los migrantes deben además enfrentar y tratar sus problemas de salud durante su estancia en la frontera sur de México.
Los migrantes llegan a los módulos de la Secretaría de Salud en Tapachula, donde presentan afecciones como hipertensión, diabetes, asma, enfermedades respiratorias, gastrointestinales, dermatológicas y estomacales, además de estrés, depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático, consecuencia de la incertidumbre y precariedad que padecen durante su trayecto.
Yamilet Cruz, migrante de Cuba, llegó a Tapachula hace varios meses con hernias en la columna vertebral, por lo que ha empezado a recibir tratamiento médico.
“Ante problemas psicológicos las personas afectadas vienen, están un poco ansiosas, quizá es la misma situación la que estamos pasando todos y estamos agradecidos con la atención médica que dan”, explicó la mujer en entrevista.
Otro migrante cubano Oscar Hernández contó a EFE que salió de su país porque le extirparon un riñón hace 10 años y requiere un tratamiento para su enfermedad
“¿Cuál medicamento? En Cuba no hay, por eso me vine para acá, porque no tenía atención médica (…) acá nos trataron bien, todo gratis, las pastillas nos las regalan”, expuso.
A este migrante lo acompañaba Juan, otro cubano, quien recibe atención por hipertensión y diabetes, y destacó que la atención médica es gratuita para todos.
Los cubanos narraron a EFE que huyeron de la isla por la escasez y alto costo de los medicamentos, lo que obliga a muchas personas a recurrir al mercado negro de los fármacos.
David Jiménez Gordillo, coordinador de personas en contexto de movilidad y desastres de la Secretaría de Salud, contó a EFE que de enero a julio de 2025 se atendió en Tapachula a más de 39,000 migrantes, principalmente de países como Guatemala, Cuba y Haití.
“Hay un cambio en el entorno migratorio, muchas de estas personas ya no van tránsito están haciendo la solicitud de refugio, los enfermedades más comunes son como las de los mexicano, son más vulnerable a infecciones respiratorias agudas, diarreicas, dermatológicas y lesiones”, dijo el funcionario.
Por su parte, Rossemberg López Samayoa, presidente de la organización Una Mano Amiga en Tapachula, explicó que las políticas migratorias de Estados Unidos “pegaron duro a las personas migrantes y también a las organizaciones, porque siempre se habían gestionado recursos ante instancias del Gobierno estadounidense”.
“Sin embargo, hay instancias que están apoyando en temas como las pruebas rápidas de VIH, de sífilis, condones y lubricantes lo que está permitiendo que se continúe haciendo actividades a la población migrante y local”, expuso.
No obstante, señaló que, ante la falta de estos recursos, ahora se encuentran en una etapa de resistencia y sobrevivencia frente a la complicada situación que se vive.
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