A los 21 años, Coco Gauff se coronó en París tras conquistar su primer Roland Garros, su segundo Grand Slam, tras derrotar a la número 1 del mundo, la bielorrusa Aryna Sabalenka, 6-7(5), 6-2 y 6-4, en 2 horas y 38 minutos.

Tres años después de haber disputado su primera final sobre la tierra batida de París con 18 años, la tenista de Florida, número 2 del ránking, se consagra en la pista donde más triunfos acumula y suma la Copa Suzanne Lenglen al Abierto de Estados Unidos que consiguió en 2022, tras derrotar en la final a Sabalenka.

Gauff se tomó la revancha de la reciente final de Madrid, donde perdió contra Sabalenka, y le asestó la sexta victoria en once duelos.

La joven jugadora, que este año había disputado las finales de Madrid y Roma, se convierte en la primera estadounidense que conquista Roland Garros desde que en 2015 Serena Williams levantara su tercera copa en París y la más joven desde que lo ganara por primera vez en 2002.

Un ejemplo de precocidad que con su primer Roland Garros se coloca camino de una trayectoria legendaria.

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Gauff ha demostrado en este torneo su capacidad de sacrificio y su voluntad para no rendirse. En la final levantó un primer set perdido por segunda vez consecutiva, después de que hiciera lo mismo en cuartos ante su compatriota Madison Keys, vencedora del Abierto de Australia.

Nada detiene a la menuda tenista de Florida, que se tendió sobre la tierra batida de la Philippe Chatrier antes de soltar un grito de rabia nada más hacer buena la segunda bola de partido.

La bielorrusa se quedó a las puertas de su cuarto Grand Slam y mantiene una deuda pendiente con París, tras su peor partido de la quincena, lastrado por los 70 errores no forzados que acabaron por condenarle.

Sabalenka salió arrolladora al duelo, una apisonadora que se llevó por delante a un Gauff que había tardado en entrar en materia a adaptarse al molesto viento que batía en la nublada tarde parisiense.

El 4-1 incomodaba a una grada que temía una final exprés, como la de 2022, cuando con tan solo 18 años la estadounidense apenas el arrancó cuatro juegos a la polaca Iga Swiatek.

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Pero con el paso de los minutos, la de Florida fue dominado el viento, mientras Sabalenka se mostraba más crispada, un crisol de errores que igualaron a 4 el duelo, convertido ahora en un cara o cruz que podía caer de cualquier lado.

Una hoja al viento, sin rumbo, sin ninguna de las dos rivales dominantes, con hasta ocho roturas de servicio que tuvo su apoteosis en el noveno juego, más de un cuarto de hora de pelea con dos bolas de set desperdiciadas por la bielorrusa que acabó por plegar a la quinta bola de rotura.

En el juego de desempate Gauff se adelantó 3-0, pero Sabalenka se mantuvo a flote, empató a y rebasó a la estadounidense para marcar el primer set tras una hora y 17 minutos de máxima intensidad.

Intacta moralmente, la de Florida se puso con ventaja desde el inicio de la segunda manta, 2-0 y 4-1, directa a empatar el duelo en el que Sabalenka bajó el pistón, incapaz de recobrar su poderoso golpe de derecha, convertida en un juguete en manos de la rival.

No mejoraron las cosas en el campo de la bielorrusa que concedió una ventaja en el cuarto juego del tercer set y, aunque lo recuperó en el sexto, lo volvió a dejar escapar en el siguiente.

Se aferró Gauff a la ventaja que le conducía a la gloria, al trono que en las tres últimas ediciones había ocupado la polaca Iga Swiatek y que, a base de abnegación, se ha apropiado.



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