La Fiscalía General del Estado de Chiapas admitió que el operativo ejecutado el 12 de julio en el domicilio de la fotoperiodista independiente, Luz del Alba Velasco Gordillo, en Comitán, fue resultado de una denuncia ciudadana anónima.

La comunicadora dijo que recibió una llamada del fiscal del Distrito Comitán, William Hernández, quien le confirmó la situación y mencionó que la “denuncia anónima relacionaba a su domicilio con presuntas actividades de narcomenudeo”.

Luz del Alba Velasco explicó a Aristegui Noticias que en el sitio se ubicaba el café cultural Na Canán, un espacio “cerrado desde hace seis años.” 

La llamada telefónica con el fiscal regional fue a petición del fiscal general, Jorge Luis Llaven Abarca, luego de la publicación del suceso en distintos medios de comunicación, explicó la periodista.

Velasco Gordillo insistió en que el operativo fue ilegal, desproporcionado y representa una amenaza directa a la libertad de expresión.

La fotoperiodista relató que el cateo ocurrió mientras ella se encontraba fuera del estado por motivos laborales

“El fiscal sabe perfectamente bien que no se encontraba nadie y que el cateo fue por una denuncia ciudadana, según él, contra del café Na Canán, y no de la periodista, pero es evidente que el recorrido previo fue buscando mi nombre, preguntaron directamente por Luz del Alba”, denunció.

Una vecina confirmó que una noche antes del operativo, una persona desconocida recorrió las casas aledañas preguntando por ella directamente.

Mi vecina fue la única que abrió. Le preguntaron quién era Luz del Alba y qué relación tenía con el inmueble.

La autoridad sostiene que la acción no fue dirigida contra su persona, pero la periodista señaló que incluso en las imágenes que obtuvo de una cámara de seguridad de un domicilio del operativo, militares y agentes posaron frente a la casa, presuntamente documentando el cateo como dirigido a ella.

Velasco mencionó que le exigió al fiscal regional “una investigación exhaustiva de dónde sale esa denuncia y por qué con tal espectacularidad se presentan, parando una avenida principal de mucho tránsito, por 30 minutos”.

Relató que militares y elementos de la Fiscalía estatal forzaron la puerta, entraron durante tres minutos al domicilio, salieron y se tomaron fotografías frente al inmueble.

Nunca dejaron acta del cateo ni explicación. Si no fuera por las cámaras de seguridad y los testimonios vecinales, no me habría enterado.

La periodista preguntó al fiscal del Distrito Comitán, William Hernández, cuál es su situación jurídica actual, y presuntamente éste respondió que no hay nada en su contra. 

“Me dice que no hay nada en mi contra, que el cateo era contra el espacio físico y ahí terminaba todo. Pero yo no sé si puedo regresar a mi domicilio o si mi casa sigue bajo investigación, sigo desplazada y sin certeza”, declaró.

Para Velasco, el allanamiento representa un atentado no solo contra su persona, sino contra el ejercicio periodístico en Chiapas.

“Ese espacio fue un foro cultural, donde se recibieron artistas, poetas, periodistas desplazados, no es un lugar cualquiera, y la denuncia anónima sirvió como pretexto para vulnerar derechos y exponer mi seguridad”, sostuvo.

“Le pido una investigación exhaustiva, ¿quién hizo la denuncia?, ¿por qué no investigaron antes de allanar?, ¿por qué una operación tan aparatosa para irrumpir en un espacio cerrado desde hace seis años?”, cuestionó.

Finalmente, anunció que presentará una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR). 

“Lo que pasó conmigo puede pasarle a cualquier ciudadano, es un abuso a la inviolabilidad del hogar. Nadie debería perder la tranquilidad de su espacio porque alguien presenta una denuncia anónima sin fundamento“, advirtió.



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