Un tribunal de Milán ha condenado este martes a 16 ultras de los equipos lombardos Inter de Milan y AC Milan por conformar una asociación criminal que controlaba como “una suerte de milicia” los aledaños del Estadio de San Siro.

Las condenas más altas fueron para tres de los capos Andrea Beretta, referente de la Curva Norte del Inter e imputado por asesinato; Luca Lucci, de la Curva Sur del Milan, y la mano derecha de este, Daniele Cataldo, que tendrán que cumplir 10 años en prisión.

Los otros 13 imputados han sido condenados a penas que van desde los dos hasta los ocho años de prisión. En el caso particular de Beretta, quien ha colaborado con la justicia, pesaba el agravante mafioso y había sido acusado del asesinato del ultra Antonio Bellocco, de la violenta mafia calabresa ‘Ndrangheta’.

Los fiscales, Sara Ombra y Paolo Storari, han descrito las varias organizaciones de las que formaban  parte los ultras como “una suerte de milicia privada con sus respectivos jefes” con “una estructura jerárquica” que controlaba las inmediaciones de San Siro con “reglas propias”.

La jueza Rossana Mongiardo ha sido la encargada de instruir este proceso por rito abreviado, ya que el caso tiene otros procesos.  La sentencia fue esperada a las puertas del juzgado por decenas de ultras con camisetas negras.

Sin embargo, tres ultras optaron por el juicio ordinario, no abreviado: Christian Rosiello, exguardaespaldas del rapero Fedez; Riccardo Bonissi y Francesco Lucci, hermano del jefe de la Curva Sud milanista.

Reventa de entradas, control del aparcamiento en los aledaños del Estadio Giuseppe Meazza y amenazas a los vendedores ambulantes eran, presuntamente, algunas de las prácticas habituales de estos radicales que se hicieron con el poder de todo el negocio que rodeaba el escenario milanista, con un pacto entre sendas aficiones para maximizar el beneficio y con relación directa la mafia más poderosa del mundo, la ‘Ndrangheta calabresa. 



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