El encuentro entre estos dos viejos amigos convirtió la Terraza en un viaje caótico en algunos momentos, pero a la vez atrayente lleno de risas, complicidad y mezclas imposibles, firmando así uno de los grandes momentos de este verano. Mientras tanto, en la Main Room, pudimos disfrutar de la gran Amelie Lens, Marco Faraone o Regal, entre otros

Todos sabemos que los domingos en Ibiza tienen algo especial y obviamente Pyramid es una de las razones por las cuales los domingos en la isla también se sale de fiesta. Cada fin de semana, miles de clubbers llegan a Amnesia con la seguridad de que van a encontrar algo especial pero sobre todo auténtico, ya que se trata de uno de los clubs con más alma ibicenca de toda la isla.

Este último domingo las expectativas para todos eran bastante altas. El cartel reunía nombres grandes del techno como Amelie Lens, Marco Faraone o Regal, pero había un motivo claro por el que la gente tenía ganas de cruzar las puertas de este mítico club: el regreso de Ricardo Villalobos B2B Luciano.

Porque después de haberlos visto juntos tras los platos en múltiples ocasiones, podemos decir que hay amistades que se entienden sin palabras y la de estos dos artistas es una de ellas. No se trata solo de dos DJs compartiendo cabina: es la historia de dos amigos que han pasado por los clubs más grandes del mundo, que han vivido y cambiado la evolución del minimal y el techno desde los años noventa y que además comparten un vínculo especial con Ibiza.

Villalobos fue durante años el rey indiscutible de las maratones de Cocoon, mientras que Luciano construyó con Vagabundos un hogar que marcó una época. Juntos representan la esencia más pura de la isla: la improvisación, el riesgo y el placer compartido de no saber nunca qué va a sonar después.

Por eso, cuando Pyramid anunció que cerrarían la noche de este pasado domingo con un B2B en la Terraza, esta fecha se convirtió en una de las más esperadas del verano. Amnesia, con su historia de más de cuatro décadas, era el escenario perfecto para revivir este momento.

La Main Room empezó muy potente desde bien temprano. Milo Spykers fue calentando el terreno a través de un techno contundente, lleno de energía. Después llegó Regal, que desplegó la personalidad que lo ha convertido en un artista de referencia en los últimos años: cambios de tempo calculados y esas melodías un tanto ácidas que hacían que el público no pudiera parar de saltar, bailar y gritar en ningún momento.

La sensación era de que la sala se hacía cada vez más pequeña dado que no paraba de llegar más y más gente. De repente apareció la gran protagonista: Amelie Lens. Lo de esta DJ es de otro planeta. Da igual las veces que hayas podido verla que nunca te cansas. Su entrada fue una explosión total de bombos acompañados de luces estroboscópicas y láseres rojos. Si alguien todavía dudaba de por qué Pyramid es cada año una apuesta segura, esa duda desapareció tras esta clase magistral de techno ácido.


Porque mientras todo esto ocurría, en la Terraza la historia se contaba con otros matices. Josh Baker y Traumer habían dejado el ambiente cargado de groove y minimalismo y Mar-T, fiel a su casa, había aportado ese toque de historia y respeto por la isla. Pero cuando la noche se acercaba a su fin, todas las miradas estaban puestas a la cabina de la sala principal.

Ricardo Villalobos y Luciano entraron juntos. Desde el primer beat, quedó claro que aquello no iba a ser un set más. Villalobos lanzó ritmos imposibles con ese caos tan suyo que parece no tener lógica hasta que de repente, por arte de magia, todo encaja y nos encanta. Luciano sabía cómo guiarle y respondía con percusiones más cálidas y tribales que aterrizaban la locura de Villalobos en un lugar seguro. Era un tira y afloja constante, que nos mantenía a todos en vilo.


No había necesidad de cosas extra: bastaban ellos dos, una mesa de mezclas y un público totalmente entregado. Cada mirada que compartían, cada risa, cada brindis, reforzaba la sensación de estar viviendo algo único. La Terraza no estaba demasiado desbordada por lo que se sentían aún más íntima. Nadie parecía querer que acabara. El B2B se alargaba con naturalidad, porque la conexión entre Ricardo y Luciano, forjada a lo largo de décadas, se notaba en cada transición.

Al salir de Amnesia, la sensación era bastante similar para todos: habíamos sido testigos de algo único. Porque esa es la esencia de la sala y también la de Ricardo Villalobos y Luciano: lo irrepetible, lo inesperado, lo caótico, lo que queda grabado más allá de unos tracks u otros.

Y más sorprendente es que la historia no terminó ahí. Apenas unas horas después de aquel cierre en Amnesia, Pyramid volvió a desplegar su magia, esta vez en un escenario muy distinto: Cova Santa. El lunes, entre montañas y cielo abierto, la esencia underground de la marca se trasladó al aire libre, confirmando que este verano en Ibiza no hay descanso para quienes viven la música con gran intensidad.



Source link