Por Juan Alberto Cedillo
Especial para Aristegui Noticias
La joven “Maritz” terminó antes de lo planeado su jornada laboral del sábado. Con más tiempo libre consideró ir a tomar unas “cheves” con la banda que se reúne desde temprano en el Bar Betos, un antro “underground” del centro de Monterrey donde coinciden “chavos punk”, “bohemios” con poco dinero y ebrios despistados que buscan “caguamas” baratas. Ocasionalmente ahí se organizan tocadas de Rock. Encontró a la tradicional banda entre los que estaban una amiga y dos de los clientes habituales, uno de ellos su “amigo” Brandón, conocido en el antro como “el Inmortal”. A la tercera cerveza Maritza comenzó a sentirse mal. Dejó el bar acompañada de Brandon y dos hombres más. Recostada en una cama, se despertó porque sintió que le tocaban su cuerpo. Tenía a un hombre encima de ella. Comenzó a gritarle que se quitara al mismo tiempo que lo empujaba. Entre risas de los hombres uno de ellos le pegó una patada en la cara. Días después confesó a una amigas que quién la golpeó fue Brando. Él también la amenazó advirtiendo que si denunciaba iban por su hermana menor. Ella prefirió guardar el “trago amargo” y optó por el silencio. Hasta que tiempo después otra asidua asistente al antro escribió una denuncia pública en sus redes sociales sobre una agresión similar para después huir del país.
A partir de esa denuncia comenzaron a salir otras víctimas.
“Las denuncias de agresiones contra mujeres en Bar Betos no es algo nuevo”, aseguró Alicia Leal Puerta, colaboradora de la organización Alternativas Pacíficas, una de las primeras en México en hospedar en refugios secretos a mujeres violentadas por sus parejas. “La pregunta es porque los sistemas de Inteligencia de la Fiscalía o Secretaría de Seguridad no están funcionando. Como para que al momento de conocer en redes o en medios de comunicación este tipo de casos, las autoridades mismas no activan sus protocolos de investigación”, agregó Leal.
La directiva de Alternativas Pacíficas añadió que también la Fiscalía de Defensa de las Mujeres, que se creó el año pasado, debería de poner una denuncia para que se investigue. “Sobre todo porque hay amenazas y riesgo tangible para las víctimas”.
“Es decir, ellas ya hablan de un de un delito que se cometió y ya son varias y tienen forma de probarlo aparentemente, pero la cuestión es que además en este lugar como en algunos otros, operados por esas las mismas personas constantemente y es algo histórico, se reciben denuncias y víctimas de estos espacios”, concluyó Alicia Leal.
Recientemente Alternativas Pacíficas fue informada por la Fiscalía de la Mujer de Nuevo León que ya se abrió una carpeta de investigación sobre las mujeres agredidas en Bar Betos, a partir de las diversas denuncias publicadas en redes sociales.
“Hoy 8 de Marzo, desde el extranjero y por la seguridad mía y de mi hija, les pido a todas y a todos que no confíen en la gente del Betos Bar en Monterrey, pronto saldrá a la luz una investigación periodística y una novela que he escrito sobre mi experiencia en en el lugar, donde fui drogada, vejada, sufrí un intento de feminicidio, me robaron mis pertenencias y retenida en contra de mi voluntad por el personal del bar, además de intimidada y perseguida después del ataque, y donde desde hace más 10 años lo llevan haciendo, filtrando información de las denuncias en la fiscalía por las conexiones del dueño del lugar como ex policía de Monterrey y de la desaparecida policía federal”
“Vivas nos queremos… Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía… Hope will never be silent… Favor de compartir para que esto llegue a más víctimas…”, precisó la denuncia que ya fue retomada por las autoridades.
Las mujeres que ya habían denunciado se preguntan en un chat de reciente creación: “por qué las denuncias cuando se han interpuesto de otras víctimas no proceden, porque también eso habría que investigar”.
Incluso el Instituto Estatal de la Mujer (IEM) tuvo conocimiento de esas denuncias y no procedió a reportarlas a las autoridades, señalan las víctimas.
Destacaron que el IEM se niega a atender casos relacionados de agresiones a mujeres que son perpetrados por hombres integrantes del crimen organizado: se lava las manos solicitando a las víctimas que primero pongan una denuncia ante autoridades de la Fiscalía o las Policías. Tampoco alberga o protege a mujeres en esos casos. Las mandan a Alternativas Pacíficas, organización de la sociedad civil que sí cuenta con refugios clandestinos para mujeres agredidas por delincuentes.
Ante la nula respuesta de las autoridades locales las víctimas demandaron que “el gobierno federal también retome el caso”, como parte de su estrategia de “protección integral” que unifica y homologa un programa de protección para las mujeres.
Recientemente la organización “Cómo Vamos” llamó a las autoridades a combatir la violencia contra las mujeres, debido a que 8 de cada 10 víctimas de la violencia de género son mujeres y niñas.
Las cifras oficiales sobre violencia y feminicidios arrojan que en Nuevo León se impuso un nuevo récord en el año 2024, con 175 mujeres asesinadas, lo que representa 15 víctimas mortales más que el año previo que finalizó con 160; así como 19 muertes más que el año 2022 que concluyó con 156.
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